Concierto Riders on the Storm en Lima
Con una clara luna y unas diez mil personas como testigos, la noche del viernes la agrupación estadounidense Riders on the storm logró impregnarnos de a pocos el espíritu, sicodelia y poesía de una época de resistencia y desenfreno encarnada por el mítico Jim Morrison, en un histórico concierto plagado de recuerdos, magia, vitalidad y buen rock que tuvo lugar en la explanada del estadio Monumental.
Treinta y seis minutos más tarde de lo programado, a las 22.00 horas, el inmortal movimiento de Carmina Burana, ¡Oh Fortuna!, marcó la entrada triunfal de los legendarios ex The Doors Robby Krieger y Ray Manzarek, acompañados por el percusionista Ty Dennis, el bajista Billy Chan y el vocalista Bret Scallions. “Ladies and gentlemen, from Venice, California, The Doors”, retumbó en medio de aplausos y gritos eufóricos, para dar paso al primer tema de la velada,Love me two times.
Frases como “Hola cuates” o un “Beautiful (bellas) personas... Qué bonita ciudad tienen aquí”, de un aclamado Krieger, fueron bien recibidas por el respetable,mientras que el carismático Manzareksaludaba en español con un “Muchas gracias, Lima”. El repertorio continuó con otro clásico, Break on through (to the other side), y luego Love her madly, previo comentario del ex The Fuel al percatarse del fuerte tufo de marihuana que invadía el recinto. “El olor de la loca marihuana, ese olor es bueno, no se olviden de nosotros. Queremos olerla también”, comentó en inglés el alborotado y encuerado frontman, que evocó en más de una ocasión las famosas vueltas de micrófono de Roger Daltrey de The Who. De inmediato, When the music’s over puso en evidencia la genialidad de un envejecido Krieger, quien se llevó las palmas con sus solos, efectos y punteos varios. El tecnicismo e improvisación de Manzarek tampoco quedaron lejos del reconocimiento popular.
El potente sonido recaía aún más en Waiting for the sun, donde Scallions exudó frenesí dejando sentir la influencia del poeta de la muerte; el incomprendido The soft parade hizo lucir a Chan y Krieger en juguetón paseo por el escenario, dando pase a una repetición del coro a pedido del público. Otra joya de la noche, Moonlight drive, elevó a propios y extraños para proseguir el viaje con Wild child y Alabama song, no sin la introducción del caso por parte del melenudo vocalista, quien prefirió alejarse del estilo propio de Morrison, aunque con algunos deslices. “Oh, el pisco sour, necesito un pisco sour”, expresó.
Gloria, Five to one, el flamenqueado con Krieger, el sonar de maracas, acordes del famoso Sex machine, de James Brown, y los consiguientes explosiones “sexys” de Scallions hilaron el final de este inmejorable tributo a la leyenda de The Doors, cerrando con broche de oro con el esperadísimo Light my fire, que dejó con la miel en los labios a más de uno.
Fuente: Diario Correo
Escribe el resto del post aqui
Con una clara luna y unas diez mil personas como testigos, la noche del viernes la agrupación estadounidense Riders on the storm logró impregnarnos de a pocos el espíritu, sicodelia y poesía de una época de resistencia y desenfreno encarnada por el mítico Jim Morrison, en un histórico concierto plagado de recuerdos, magia, vitalidad y buen rock que tuvo lugar en la explanada del estadio Monumental.
Treinta y seis minutos más tarde de lo programado, a las 22.00 horas, el inmortal movimiento de Carmina Burana, ¡Oh Fortuna!, marcó la entrada triunfal de los legendarios ex The Doors Robby Krieger y Ray Manzarek, acompañados por el percusionista Ty Dennis, el bajista Billy Chan y el vocalista Bret Scallions. “Ladies and gentlemen, from Venice, California, The Doors”, retumbó en medio de aplausos y gritos eufóricos, para dar paso al primer tema de la velada,Love me two times.
Frases como “Hola cuates” o un “Beautiful (bellas) personas... Qué bonita ciudad tienen aquí”, de un aclamado Krieger, fueron bien recibidas por el respetable,mientras que el carismático Manzareksaludaba en español con un “Muchas gracias, Lima”. El repertorio continuó con otro clásico, Break on through (to the other side), y luego Love her madly, previo comentario del ex The Fuel al percatarse del fuerte tufo de marihuana que invadía el recinto. “El olor de la loca marihuana, ese olor es bueno, no se olviden de nosotros. Queremos olerla también”, comentó en inglés el alborotado y encuerado frontman, que evocó en más de una ocasión las famosas vueltas de micrófono de Roger Daltrey de The Who. De inmediato, When the music’s over puso en evidencia la genialidad de un envejecido Krieger, quien se llevó las palmas con sus solos, efectos y punteos varios. El tecnicismo e improvisación de Manzarek tampoco quedaron lejos del reconocimiento popular.
El potente sonido recaía aún más en Waiting for the sun, donde Scallions exudó frenesí dejando sentir la influencia del poeta de la muerte; el incomprendido The soft parade hizo lucir a Chan y Krieger en juguetón paseo por el escenario, dando pase a una repetición del coro a pedido del público. Otra joya de la noche, Moonlight drive, elevó a propios y extraños para proseguir el viaje con Wild child y Alabama song, no sin la introducción del caso por parte del melenudo vocalista, quien prefirió alejarse del estilo propio de Morrison, aunque con algunos deslices. “Oh, el pisco sour, necesito un pisco sour”, expresó.
Gloria, Five to one, el flamenqueado con Krieger, el sonar de maracas, acordes del famoso Sex machine, de James Brown, y los consiguientes explosiones “sexys” de Scallions hilaron el final de este inmejorable tributo a la leyenda de The Doors, cerrando con broche de oro con el esperadísimo Light my fire, que dejó con la miel en los labios a más de uno.
Fuente: Diario Correo
Escribe el resto del post aqui
2 Comentarios:
fui al concierto y fue como estar en extasis total. me parecio increible escuchar las canciones que me abrieron la mente aqui en mi pais!! canté todas todas TODAS!!y si, esperaba mas, un poco mas de esa magia de cuero negro.
Sino he contado mal...¿únicamente tocaron 12 temas?
Saludos desde España.
Publicar un comentario